Los árboles

La localización de árboles frutales singulares es quizá el aspecto más relevante en un proyecto como éste. Ello sólo puede hacerse con la colaboración de las personas que habitan el medio rural y que conocen el territorio. Por ello, durante las primeras fases del proyecto se puso a disposición del público un formulario para que cualquier persona pudiera indicar la localización y características de aquellos árboles frutales que considerara de interés.

La labor iniciada con este proyecto no se puede considerar ni mucho menos acabada. Se pretende seguir contando con la colaboración de la gente, de modo que la base de datos y el banco de material vegetal puedan seguir creciendo.

La mayor parte de los frutales han sido identicados en el Valle de las Caderechas, ya que es una comarca de tradición frutícola y en la que, además, aún se conservan muchos pequeños huertos que constituyen el principal reservorio de variedades antiguas. Buena parte del Valle se encuentra, además, incluido en áreas protegidas de la Red Natura 2000 (zonas ZEPA y LIC «Sierra de la Tesla-Valdivielso»).

Aparte del Valle de las Caderechas, tan sólo en Belorado ha sido posible, por el momento, localizar algún frutal de variedades antiguas, pero «desconocidas». Ello a sido posible gracias a la colaboración de algunas personas.

La mayor parte de los árboles identificados han sido señalizados mediante la colocación de un cartel, pero todos ellos pueden ser localizados a través del Sistema de Información Geográfica que acompaña al proyecto.

Viejo membrillo de olor identificado en la localidad de Salas de Bureba.
Manzano Morro de liebre en Aguas Cándidas; en esta ocasión se trata de un árbol bien cuidado.
Cerezo de Entrena, en Aguas Cándidas. El estado sanitario del árbol es bastante deficiente, pero ha sido posible obtener material para injerto.
Manzano Espiriego, en Aguas Cándidas. Árbol en buen estado de conservación; se ubica en una de las parcelas seleccionadas para la conservación y multiplicación del material obtenido.
Peral de Roma, cultivado en la localidad de Río Quintanilla.
Ejemplar de la que hemos denominado variedad «Francesa» de cerezo. Cultivado en borde de plantación de cerezos en la localidad de Rucandio.
Jerbo, en Rucandio. A estos árboles se les dedican pocos cuidados, pero sobreviven gracias a su rusticidad.
Níspero europeo, en la localidad de Rucandio. En pleno invierno el árbol aún conserva sus frutos, que ya nadie recoge.